Cómo iniciar una conversación con mensajes
Cómo iniciar una conversación con mensajes

El primer paso es siempre el más difícil. Iniciar una conversación puede ser tan complicado como iniciar una presentación. Si no tienes una idea en mente, puedes acabar diciendo tonterías. Hablar con la gente y ser capaz de conectar con ella es una de las habilidades sociales más buscadas hoy en día. Por eso, en el resto de este artículo, vamos a darte 6 ideas sobre cómo iniciar una conversación por mensaje.

 

Comience con las fórmulas que funcionan bien

Hay fórmulas que son como la Coca-Cola, funcionan bien. Preguntas como "¿Cómo estás?", "¿Cómo estás hoy?" o "Hola, ¿cómo estás?", aseguran una respuesta típica: "Bien, ¿y tú? Esta es la respuesta que está buscando. Por lo general, nadie dirá: "La verdad es que estoy mal". Pero si eso ocurre, ¡tendrás algo que decir de todos modos!

 

Aprender a escuchar

9 de cada 10 personas no escuchan, sino que esperan su turno para hablar. Tienes que calmar este instinto y escuchar atentamente lo que te dicen. No pienses en lo que puedes aportar, céntrate en escuchar y conocer a la persona. Esta es la base de todo lo que sigue.

 

Esperar a que lleguen los temas de conversación

Una de las estrategias más eficaces para complacer a la gente es escucharla y pedirle que le cuente más. Hablar de uno mismo da tanto placer como la comida o el dinero. ¿Cómo se hace esto? La frase más efectiva es: "¿Ah sí?". Utilizar esta pregunta después de una afirmación de la persona con la que se está hablando garantiza que seguirá hablando para añadir más detalles. También puedes utilizar otros como: "Cuéntame más".

 

No intentes ser interesante

No hay nada menos sexy que alguien que intenta ser sexy. Lo mismo puede decirse de parecer interesante. Una técnica utilizada a menudo para parecer interesante es relacionarse con personajes conocidos. No lo hagas. No te ayudará a hacer amigos ni a conocer gente, sino todo lo contrario. La paradoja es que a menudo pareces más interesante cuando te interesas por los demás. Despierta ese interés genuino en ti para saber más sobre ellos.

 

Recuerda que las preguntas son la chispa que mantiene la llama encendida

Siempre que hagas una pregunta, intenta que sea abierta para que la persona no pueda responder con un sí o un no, de lo contrario corres el riesgo de que esto ocurra y se cree un ambiente incómodo.

Todo el mundo tiene problemas y le gusta hablar de ellos. ¿Cuál es el problema que intenta resolver en el trabajo? ¿Qué problema le han dado sus hijos esta semana? ¿Qué vecino es el más problemático? ¿Cuál es el mayor problema de vivir aquí?

Las respuestas a estas preguntas suelen ser quejas que a menudo se pueden compartir. Y cuando se comparte algo, se establece el principio de similitud, que es una de las formas más poderosas de conectar con la gente.

 

Buscar e informar de las similitudes

Decenas de estudios demuestran lo poderosa que es la similitud. La similitud es tan poderosa que es una de las bases de la persuasión. Cuando encuentras una fuente de similitud, la investigas. Lo relacionas con el ejemplo anterior:

  • "¿Qué te han hecho tus hijos?"
  • "El niño acabó pintando y garabateó toda la pared del salón con el bolígrafo".
  • "A mí también me pasó. Todavía recuerdo lo enfadado que estaba. ¿Qué hiciste entonces?"

Una forma de crear similitud es hacer que la otra persona se sienta parte del mismo grupo. Tal vez ambos hayan nacido en la misma ciudad, hayan ido al mismo colegio o sigan a la misma persona en Instagram. Si lo descubres, pronto generarás simpatía, lo que te ayudará a mantener una conversación agradable.